¿Se dará el mundo al dominio cristiano?
¿Se devolvió el dominio del mundo al cristiano?
Se ha mencionado muchas veces que en el principio Dios nos entregó a nosotros la tierra, pero que con la caída de Adán y Eva, le entregamos el dominio a Satanás, y que entonces, Jesucristo vino e hizo su obra completa y perfecta, lo que significaría que el dominio de esta tierra nos fue devuelto cuando Cristo triunfó en la cruz. Pero aunque estas afirmaciones suenan muy “bíblicas”, no lo son realmente.
En primer lugar, la Biblia nunca dice que Dios dio al hombre el dominio de la tierra. La Biblia dice que Dios le dio al hombre el poder de “sojuzgar” y “dominar” sobre los animales, no sobre la tierra. El hombre es un mayordomo, no un propietario.
En segundo lugar, Satanás lo que hizo fue usurpar el “dominio” sobre los reinos de este mundo (Mateo 4:8-9; Lucas 4:6-7), y en ese sentido es el “dueño del mundo”. Por eso se le llama “dios de este siglo” en 1ª Corintios 4, porque gobierna el sistema mundial de las personas. Pero Satanás no tiene autoridad sobre la Creación ni sobre los eventos que en él suceden. Dios sigue siendo el único Dueño y soberano del mundo, e incluso las cosas que pasan son juicios de Dios, no actos del diablo. Ahora bien, la frase “dios de este siglo” (o “dios de este mundo”) indica que Satanás es la mayor influencia sobre los ideales, opiniones, metas, esperanzas, y puntos de vista de la mayoría de las personas. Su influencia abarca también las filosofías del mundo, la educación, y el comercio. Los pensamientos, ideas, especulaciones, y falsas religiones del mundo están bajo su control y han surgido de sus mentiras y engaños. Satanás también es llamado “el príncipe de la potestad del aire” en Efesios 2:2. Él es el “príncipe de este mundo” en Juan 12:31. Estos títulos y muchos más indican las capacidades de Satanás. Afirmar, por ejemplo, que Satanás es el “príncipe de la potestad del aire” es decir que de alguna manera él gobierna el mundo y la gente en ella.
En tercer lugar, Jesús no vino para recuperar el dominio del mundo, porque el mundo siempre ha sido Suyo. Jesús vino a morir por los pecados de los hombres, para salvarlos. Su misión no es colocarnos en la cúspide del mundo, sino en salvarnos de la perdición. La mala interpretación de algunos, es que Dios perdió todo y ahora está en una lucha de poder por quitárselos al diablo; pero la Biblia nunca dice esto. Lo que Jesús es nadie puede impedirlo: Rey de reyes y Señor de señores. La profecía dice que “los reinos del mundo ha venido a ser del Señor y de su Cristo”, pero esa referencia no es una de “recuperación”, sino de anulación de todos los reinos y gobiernos al ser instituido el Reino Milenario no “con mano”, como profetiza Daniel.
Por último, la Biblia nunca dice que Satanás gobierna el mundo completamente; Dios es soberano todavía. Pero sí, significa que Dios, en su infinita sabiduría, ha permitido que Satanás opere en este mundo dentro de los límites que Dios ha puesto para él. Cuando la Biblia dice que Satanás tiene poder sobre el mundo, debemos recordar que Dios le ha dado dominio solo sobre los incrédulos. Los creyentes ya no están bajo el imperio de Satanás (Colosenses 1:13). Por otro lado, los incrédulos, están cautivos en “el lazo del diablo” (2ª Timoteo 2:26), están “bajo el maligno” (1ª Juan 5:19) y en esclavitud a Satanás (Efesios 2:2).
Por lo tanto, cuando la Biblia dice que Satanás es el “dios de este mundo”, no está diciendo que él tiene la autoridad máxima. Da la idea de que Satanás gobierna el mundo incrédulo en forma específica. En 2ª Corintios 4:4, el incrédulo sigue la agenda de Satanás: “el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos”. El método engañoso de Satanás incluye promover filosofías falsas en el mundo – filosofías que ciegan el incrédulo a la verdad del Evangelio. Las filosofías de Satanás son las prisiones que encarcelan a la gente, y ellos necesitan ser liberados por Cristo.
Un ejemplo de tal filosofía falsa es la creencia de que el hombre puede ganar el favor de Dios por cierto acto o méritos. En casi todas las religiones falsas, el merecer el favor de Dios o ganar la vida eterna es un tema predominante. Sin embargo, ganar la salvación por obras, es contrario a la revelación bíblica. El hombre no puede trabajar para ganar el favor de Dios; la vida eterna es un regalo (véase Efesios 2:8-9). Y ese regalo está disponible a través de Jesucristo y solo por Él (Juan 3:16; 14:6). Usted puede preguntar el por qué la humanidad no sólo recibe el don gratuito de la salvación (Juan 1:12). La respuesta es que Satanás — el dios de este mundo — ha tentado a la humanidad a seguir su orgullo en su lugar. Satanás establece la agenda, el mundo incrédulo sigue, y la humanidad sigue siendo engañada. No es de sorprender que la Escritura llama a Satanás un mentiroso (Juan 8:44).
Pero no hay evidencia bíblica que Cristo vino a reestablecer el dominio del hombre sobre el mundo. Ya el hombre jamás tendrá ese dominio inicial. Lo perdió para siempre. Jesús, el segundo Adán, es el único que lo tendrá, y no es un hombre ordinario, es el Dios-hombre, y por tanto, es Dios quien asumirá todo el control evidentemente manifiesto en la Segunda Venida. Por ahora, su soberanía permite el ejercicio del diablo y del pecador con fines de dar el tiempo para que “nadie perezca”, sino que sean guiados al arrepentimiento.