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La Masturbación

¿Es la masturbación pecado?

El tema de la masturbación no es el tema favorito de las personas, pero muchos se preguntan si la masturbación está mal. Tampoco es fácil de contestar de forma absoluta, porque la Biblia no se dirige directamente al tema. Regularmente todo son deducciones de pasajes bíblicos. Lo más intrigante es que el tema de la masturbación no era desconocido en tiempos bíblicos, ya que los egipcios la practicaban normalmente, hasta el punto de documentarlo. Pero la Escritura no se refiere directamente a ello.

Técnicamente la masturbación se define como la estimulación manual de los órganos genitales para obtener placer. Normalmente se piensa en ello como un acto individual, pero también puede ser parte de la actividad sexual con la pareja. Si sentiste vergüenza al leer el párrafo anterior, entonces ya sabes que el tema de la masturbación puede ser incómodo de tratar. De hecho, algunos se abstienen de hablar del tema completamente porque puede ser muy incómodo o embarazoso. Ciertamente no es un tema de conversación habitual en la hora de la cena o de una reunión de amigos. Sin embargo, muchas personas se preguntan en privado: ¿La masturbación es algo malo?

Algunos han pensado que el “pecado de Onán”, descrito en Génesis 38:9, se refiere a la masturbación; y por eso han llamado a esa actividad onanismo. Sin embargo, un examen del pasaje demuestra que su castigo no viene por masturbarse, porque sí mantenía relaciones, sino que cuando iba a eyacular, “vertía en tierra”, evitando así dejar descendencia a su hermano. Esto era una desobediencia clara al mandato de Dios de reproducirse y llenar la tierra, y de dejar una familia que llevara el nombre del hermano fallecido.

Aparte de este texto, no existe un mandamiento, instrucción o enseñanza directa o claramente enfocada en el tema de la masturbación, señalándola como pecado. Por eso, al no haber una instrucción bíblica específica, algunos han pensado que la masturbación es aceptable. Pero quizá el problema está en que se ha considerado desde la perspectiva de “pecado”, cuando realmente podría caer en la categoría de “maldad” o “inmundicia”.

La Ley de Moisés es muy clara con respecto a las emisiones de semen involuntarias o no provocadas, calificándolas de “inmundas”, tal como hace con la menstruación femenina. En Levítico 15 se menciona las “impurezas seminales”, junto a las “impurezas menstruales”, y cuyo objetivo de regularlas no era solamente evitar enfermedades contagiosas, sino la misma práctica de emitir o derramar esas emisiones de tal manera que otra persona pudiera tocarlas. El Comentario Bautistas dice: “Este capítulo describe otras formas de impureza, cuya naturaleza es suficientemente inteligible en el texto sin comentario explicativo. Siendo efectos de la disolución, con justicia caen dentro del conocimiento del legislador, y las reglas muy restringentes aquí prescritas tanto para la separación de la persona enferma como para quitar la contaminación de toda cosa asociada con él, estaban bien calculadas no sólo para evitar el contagio, sino para prevenir los excesos de la indulgencia licenciosa”1.

Sin embargo, podríamos encontrar objeciones a esta interpretación. No obstante, hay principios bíblicos que podrían regular la masturbación, e incluso casi impedirla totalmente. Reconocemos que la Biblia no menciona nada sobre la masturbación masculina o femenina, aunque era un tema muy conocido en el mundo antiguo. Nos queda, como creyentes, acudir a los principios y aplicarlos de forma correcta:

  1. En primer lugar, Jesús nos dijo que las imágenes mentales sobre personas, para satisfacer los deseos sexuales, es un “adulterio” (Mateo 5:28). Para la mayoría de las personas, es imposible masturbarse sin cometer lujuria mental con alguna persona real. Puede ser que algunos no lo hagan, pero es dudoso que así sea. También se sabe, según el censo de la oficina de psiquiatría de los Estados Unidos, que la mayoría de las personas que se masturban son igualmente impulsados a ver pornografía. Pareciera que el acto mismo de masturbación no es en sí “pecado”, porque no hay un mandamiento específico al respecto; pero vimos que puede entrar en la categoría de la “maldad”, si la masturbación siempre va acompañada de la lujuria, que sí es pecado de adulterio.
  2. En segundo lugar, el apóstol Pablo escribe: “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen: todas las cosas me son lícitas, mas yo no me someteré debajo de potestad de nada (1ª Corintios 6:12). Pablo dice que “no se someterá bajo la potestad de nada”, y la masturbación puede fácilmente llegar a ser dominante, porque manipula el área más sensible de nuestra personalidad, que es la sexualidad propia.

Aunque puede ser que la masturbación tenga consecuencias menores que algunos otros pecados sexuales, como el adulterio físico, debe ser considerado pecado por ser un medio de auto satisfacción que coloca a otros individuos solamente como objetos de placer. El sexo fue creado para el matrimonio, y debe ser practicado solamente dentro de los límites sagrados de éste.

Ahora bien, debido a que el tema es algo complicado, con pocas estadísticas y con un ejemplo histórico negativo, es difícil en sí decir los límites o lujuria que incluya el acto en cada persona. No obstante, no se puede defender esta práctica abiertamente debido a que el sexo fue creado para unir a las personas, mientras que la masturbación aísla a la persona y le hace ver a las demás solo como objetos de placer personal. Entre las varias razones por las que Dios creó el sexo fue para formar familias y unir personas casadas en un vínculo sagrado; su objetivo con el sexo es evitar el egoísmo y unirnos a nuestro cónyuge. La masturbación hace lo opuesto: nos envuelve en nuestra propia fantasía, en un mundo egoísta centrado en nosotros mismos.

Ahora bien, hay algunos creyentes que piensan que la masturbación es parte del desarrollo sexual del adolescente, y que puede ser normal durante las edades de 13-15 años, debido a la autoexploración. Esto podría ser posible, especialmente por la falta de educación sexual en las familias. De todas formas, queda claro, que si aceptamos esta posición, la masturbación debe ser algo que el joven rápidamente deje atrás, no algo que llega a ser una costumbre regular y adictiva. La experiencia con los adolescente es que la masturbación regularmente afecta su autoestima; aunque al final no produce daños permanentes de ningún tipo.

Para quienes se encuentran adictos a la masturbación, hay buenos cursos que pueden ayudarles a librarse de esta mala costumbre. Pero como toda adicción, hay consecuencias y dificultades que deben ser enfrentadas por el individuo solamente. Especialmente en un mundo donde todo cada vez más se centra en el placer egoísta, personal y solitario.

La verdad que no se puede negar es que los humanos somos seres sexuales. No importa dónde vivas o cómo te hayan educado, esto es cierto; no importa si se es niño o niña, adulto o anciano, el sexo es parte integral y básica de nuestra personalidad humana. Tristemente el sexo inunda nuestras pantallas de televisión, los quioscos de revistas y diarios, y, si somos honestos, también nuestros pensamientos e ideas. Biológicamente, nuestra conducta sexual asegura la continuación de la raza humana, pero hay mucho más sobre el sexo que sólo la reproducción, porque es el acto de amor más sensorial que Dios nos ha dado.

A)Hablando de casos concretos

Una encuesta realizada en el año 2009 a 5,865 estadounidenses entre 14 y 94 años de edad, reveló que el 78 por ciento de las personas que respondieron, habían practicado la masturbación en algún momento de sus vidas2.

Mucha gente, incluyendo algunos cristianos devotos, ha llegado a creer que la masturbación es permisible en ocasiones e inclusive puede ser beneficiosa; mientras no se convierta en un comportamiento compulsivo e incontrolable. Incluso se promueve que la masturbación es una gran forma de liberar tensión, de abstenerse de tener relaciones sexuales prematrimoniales o relaciones sexuales ilícitas, para dormir mejor y para aumentar la conciencia de lo que “funciona” mientras la gente explora su sexualidad. Para alguien que es soltero o viudo, la masturbación ofrece una manera inocente de satisfacer su deseo sexual cuando no se tiene una pareja disponible. Y para otro 70 por ciento de mujeres; el coito vaginal no resulta en un orgasmo, mientras que la masturbación sí3. Estas estadísticas son seculares, no enfocadas en el cristianismo ni la fe bíblica.

Algunos defensores de la masturbación han señalado incluso que en los matrimonios, en los cuales la impotencia sexual, el estado de salud general de alguno de los cónyuges o lesiones debilitantes que han impactado su capacidad sexual, la masturbación en pareja puede ser el único recurso para expresar un amor físico satisfactorio de uno por el otro.

B)El problema real

Pablo dijo en 1ª Corintios 6:18-19:

“Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre hiciere, fuera del cuerpo es; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?”.

El problema con aceptar la masturbación como algo que no es negativo, es que contraviene el propósito del cuerpo del creyente, que es para la gloria de Dios. La masturbación es una forma de inmoralidad sexual personal que no honra a Dios y que esclaviza. La masturbación crea un hábito egoísta que hace que la intimidad entre las parejas sea más difícil de lograr, porque la necesidad mutua de uno por el otro se vuelve innecesaria, porque existe la auto satisfacción. Además, la facilidad de alcanzar el orgasmo a través de la masturbación con frecuencia engendra un patrón adictivo. Este acto fácilmente puede usurpar el papel íntimo y la relación de un cónyuge o el deseo de buscar el bienestar sexual de la otra persona.

En un fragmento de una de sus cartas, C. S. Lewis dice:

“Para mí el verdadero mal de la masturbación consiste en que toma un apetito—que legítimamente usado, hace salir al individuo de sí mismo para completar (y corregir) su propia personalidad en la de otra persona (y en último término en los hijos y nietos)—dirigiéndolo en sentido contrario, hacia la prisión interior de sí mismo, para crear un harén de novias imaginarias. Y este harén, una vez aceptado, se resiste a ser abandonado para salir y unirse verdaderamente con una mujer real. Porque tal harén se encuentra siempre a la mano, siempre dócil, no exige sacrificios ni renuncias y puede ser adornado con atracciones eróticas y psicológicas con las que ninguna mujer real puede competir. Entre esas novias oscuras él siempre es amado, siempre el amante perfecto; no se hace demanda alguna a su desinterés, jamás existe una mortificación impuesta a su vanidad. Al final, se convierte simplemente en el medio a través del cual él se adora cada vez más a sí mismo”4.

Desde esta perspectiva, la masturbación podría describirse como la infidelidad del corazón.

Existe una larga historia de la masturbación dentro de la fe cristiana en la cual se considera como pecaminosa. De hecho, hasta 1930, todas las formas de anticoncepción eran consideradas pecaminosas, incluyendo el participar en actos sexuales matrimoniales sin potencial alguno para la reproducción. Si no existe una discusión directa del tema en la Biblia, entonces, ¿cómo llegó la iglesia a la conclusión de que la masturbación es un pecado?

La Biblia sí habla bastante sobre el sexo en sí. Una lectura del libro de los Cantares revela que, además de la procreación, el sexo también fue diseñado para la intimidad, el compañerismo y la satisfacción mutua dentro del matrimonio. Es por estos propósitos que Dios reúne parejas como seres sexuales creados uno para el otro en amor.

C)¿Cabe la masturbación dentro de una relación matrimonial?

Es algo complicado de responder, porque no tenemos información al respecto en la Biblia. Pero se puede considerar al ver lo que Dios espera de la pareja, ya que toda actividad sexual no debe afectar su relación, sino fortalecerla. Además, aunque sea dentro del matrimonio, lo que permitimos que nuestras mentes piensen, visualicen y se preocupen, sí impacta en nuestras acciones. Nuestros pensamientos afectan directamente nuestros comportamientos, nos guste o no. Por esta razón la Biblia nos dice que “nuestro culto es racional” (Ro. 12:1), porque la mente influye en la vida de la persona. Así que revisa tu corazón y considera cómo el tema de la masturbación afecta tus pensamientos—y potencialmente tus acciones. Los cristianos deben reflexionar su deseo ordenado por Dios para la satisfacción sexual a la luz de los motivos de su corazón y la guía del Espíritu Santo.

También deberíamos hacer una pausa y considerar por qué hacemos estas preguntas sobre la masturbación, u otras preguntas, en primer lugar. ¿Estamos tratando de encontrar los límites de los comportamientos que se quedan sólo dentro de los parámetros del favor de Dios? ¿Estamos tratando de justificar el por qué lo hacemos? ¿Queremos condenar a alguien? ¿O no sabemos que tan lejos hemos llegado con la práctica? De ser así, podríamos estar debilitando una relación increíble con Dios, una destinada a estar compuesta por mucho más que reglas y límites. Es una relación que nos llama a buscar y a seguir a Dios, crecer en nuestro amor por él y confiar en su misericordia, que es nueva cada mañana. La vida consagrada al Señor, haciendo lo que Él dice, seguramente eliminará la masturbación de nuestras mentes y prácticas; o por lo menos la colocará en su debido lugar, pasando a ser una lucha pequeña que se puede controlar y mantener aislada.

Por último, la masturbación es un pecado personal, que no afecta a terceras personas. En ese caso, es un acto que solo el individuo puede controlar y que solo el individuo es responsable de ello.

1(COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I: EL ANTIGUO TESTAMENTO POR Roberto Jamieson, A. R. Fausset, David Brown)

2Mona Chalabi, “Dear Mona, I Masturbate More than Once a Day. Am I Normal? FiveThirtyEight” | https://fivethirtyeight.com/datalab/dear-mona-i-masturbate-more-than-once-a-day-am-i-normal/

3“Health Benefits of Self Cultivation,” Women’s Health Network, http://www.womenshealthnetwork.com/sexandfertility/healthbenefitsofmasturbation.aspx

4(Wesley Hill, “Escaping the Prison of the Self: C. S. Lewis on Masturbation,” First Things, http://www.firstthings.com/blogs/firstthoughts/2014/02/escaping-the-prison-of-the-self)

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