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Los tatuajes y el creyente

¿Puede un cristiano tatuarse?

Hay suficientes razones médicas y estéticas para no hacerse un tatuaje, pero a razón de gustos, podemos ver que algunas personas son atraídas por esto. Antes de responder la pregunta: ¿Puede un cristiano tatuarse?, debemos entender la razón del por qué a las personas les gustan los tatuajes.

En la Biblia no aparece mucho sobre los tatuajes, pero sí hay referencias a los motivos que impulsan a las personas a hacérselos. El versículo más usado para decir que es prohibido los tatuajes, es el que es menos entendido, y tristemente, está mal aplicado o interpretado. Levítico 19:28 habla sobre dos razones de hacerse un tatuaje: a causa de muerto, o por alguna señal. Estos dos principios se prohíben en la Ley de Moisés por razones religiosas.

La frase: “no haréis rasguños en vuestra carne por un muerto”, señala la práctica de hacer hondas incisiones en el rostro, brazos y piernas en tiempo de luto entre los paganos, porque era una forma para evitar que los muertos se enojaran, o para reverenciarlos como divinidades; también era una especie de ofrenda propiciatoria a las deidades que presidían la muerte y el sepulcro. Los judíos tenían esta costumbre en Egipto, y aunque habían sido despojados de ella en la redención, recayeron en época posterior y degenerada en esta vieja superstición, tal como lo revela Isaías 15:2 y Jeremías 16:6; 41:5.

La siguiente frase, “ni imprimiréis en vosotros señal alguna”, se refiere a los tatuaje donde se imprimían figuras de flores, hojas, estrellas y otros dibujos fantásticos en diferentes partes del cuerpo, con la intención de parecer “cósmicos”. Estas impresiones eran hecha a veces con hierros candentes, a veces por medio de pinturas o tintas, como lo hacen las mujeres árabes y ciertas clases de hindúes hoy día. Es probable que la propensión a adoptar tales señales en honor a algún ídolo, diera ocasión para la prohibición contenida en este versículo; y fueron sabiamente prohibidas, porque eran señales de apostasía, y, cuando se las hacían una vez, eran obstáculos insuperables para un retorno.

En Isaías 44:5 se habla de “escribirse en la mano” un nombre divino, en referencia clara a la costumbre de que los esclavos se tatuaban el nombre del amo, de forma que eran propiedad de esa persona para siempre; no usa el término marca, sino “escribir”. No es una aprobación al tatuaje, sino una alusión a la práctica. En Apocalipsis 13:17 y 14:1 se mencionan dos tipos de marcas, con dos tipos de intenciones diferentes, porque una refleja el carácter del pecado y la otra la pertenencia a Dios. No obstante, en un análisis cuidadoso, Apocalipsis 14:1 hace referencia a la diadema sacerdotal que tenía el nombre “santidad a Jehová”, más que a un tatuaje impreso en la piel, porque no se dice “marca”, sino “escrito”. La idea de que es un sello, se refiere a la permanencia, no a la apariencia, y puede estar en una diadema más que en la piel. La “marca” de la bestia sí parece ser un tatuaje visible, aunque en el caso de la marca de la bestia, se indica que es “un número de hombre”, y se señala el 666, es decir, la totalidad de la maldad humana, y no necesariamente el número 666 impreso.

Así, la inclinación humana de hacerse tatuajes es debido a la necesidad de una identidad fija en un principio de fe y confianza de la persona. Debido a que el ser humano perdido no tiene la fe de Jesucristo, su inclinación siempre será lo visible, porque no puede entender la evidencia de ser sellado por Dios en el espíritu.

A)Los tatuajes y el cristiano

Aunque muchos indicarían que no es igual a nuestro tiempo, es común ver personas con tatuajes con nombres de personas fallecidas, amores perdidos, emblemas religiosos o que identifican algún tipo de interés de esa persona, regularmente juegos electrónicos, monstruos, pesadillas, vampiros, calaveras, sexualidad, etc. Todavía no conozco a alguien que se haya tatuado porque sí; siempre hay un motivo detrás del tatuaje, o fue tatuado por imposición (como cuando tatúan a un niño).

En cuanto a los hijos de Dios (omitiré los términos cristiano y evangélico, porque ahora ellos lo practican), la Biblia da suficiente evidencia para que no se tatúe, y las razones son básicas:

  1. Su cuerpo no le pertenece, sino que le pertenece a Dios (1ª Corintios 6:19-20). ¿Estaríamos felices porque alguien llegue a casa y nos haga dibujos en las paredes? ¿O que nos rayen la mano sin consultarnos? Si el cuerpo pertenece al Espíritu Santo, el creyente debe ir a Él en todo lo que a su cuerpo corresponde.
  2. Dios indica que quien “destruye” su cuerpo (refiriéndose a su iglesia local), Dios le destruirá a él (1ª Corintios 3:16-17). Pero si ha dicho que nuestro cuerpo es templo del Espíritu, una comparación muy digna en relación a la iglesia, ¿no es evidente que debemos cuidar nuestro cuerpo? El riesgo de contraer una enfermedad, o de generar cáncer de piel o de algún órgano vital por las sustancias coloras que invadirán el cuerpo, es muy alto. Las personas tatuadas no pueden donar sangre tan fácilmente, ni tampoco órganos, deben ser analizados antes para evitar enfermedades o sustancias que hayan contaminado el cuerpo.
  3. Apocalipsis 13:16-17 y 14:9-11 deja claro que el anticristo usará como medio de presión los tatuajes, y serán marcas indelebles que permanecerán. Más allá de un simple tatuaje, la marca equivale a la renuncia absoluta a la salvación, y por tanto, a toda esperanza de vida eterna. Por esta razón es que la mayoría de las personas no se tatúan o no les interesa; de alguna manera el sentimiento de que es incorrecto, impropio y desagradable está presente en la mente de la mayoría de las personas.
  4. Dios nos ha llamado a “glorificar a Dios en nuestro cuerpo y en nuestro espíritu” (1ª Corintios 6:20), porque le pertenecen a Él. Esta glorificación no es solo ir a una iglesia a cantar, o estar presente en un estudio bíblico. Según el contexto anterior cercano, se refiere a la pureza moral y espiritual del individuo salvado; esta pureza obviamente comienza con la aceptación de uno mismo, la completa gratitud de ser la obra de Dios y el objeto de su gracia. Una persona que piensa tatuarse, en general desea demostrar independencia, o bien rebeldía, o quizá satisfacer el deseo de ser parte de una rama de la sociedad, o de un grupo social en riesgo, etc. El sentimiento de satisfacción por hacer sentir temor o incomodidad en otros le es agradable a quien no entiende que nada de eso tiene valor.

B)¿Y qué con los que ya se tatuaron?

En resumen, desde la perspectiva bíblica, el tatuaje no corresponde a los creyentes; pero muchos hijos de Dios llegan ya con el tatuaje, y por motivos de dinero o riesgo, no pueden quitárselos. Ellos pueden ser el ejemplo de lo que no se debe hacer, y en lugar de procurar sentirse mal, deben ser honestos consigo mismos: sí han pecado, sí han hecho mal, pero la gracia de Cristo les ha perdonado, y arrepentidos de sus actos, ahora se oponen a lo que una vez aprobaron, sabiendo que su cuerpo es templo del Espíritu de Dios (1ª Corintios 6:11).

Habrán consecuencias inevitables, como la sensación de estar mostrando lo que es malo, quizá una imagen de una calavera o de un demonio, o de una droga o grupo social inadecuado; pero el hijo de Dios se sostiene sobre la gracia, y prometiendo a Cristo no volverlo a hacer, encamina su vida para ser de glorificación a Dios, y Dios usará esos “ejemplos indelebles” para su gloria.

C)Las consecuencias médicas

El hacerse tatuajes tiene consecuencias en la salud. Un hijo de Dios debe reconocer que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, y tatuarse sería contra la santidad del cuerpo que pertenece al Espíritu Santo.

Desde el punto de vista médico, existen algunas consecuencias de los tatuajes. Un tatuaje es una marca permanente o un diseño hecho en la piel con pigmentos insertados por medio de punciones en la capa superior de la piel, que literalmente son “heridas leves” en la piel. Normalmente, el tatuador utiliza una máquina manual que actúa muy parecido a una máquina de coser, con una o más agujas que perforan la piel repetidas veces. Con cada punción, las agujas insertan diminutas gotitas de tinta sobre la piel.

El procedimiento, que se realiza sin anestesia, provoca una pequeña herida que sangra, y da dolor de leve a potencialmente significativo. Una de las consecuencias son los granulomas, que son inflamaciones que regularmente no son cancerosos, aunque los puede hacer aparecer.

Como los tatuajes atraviesan la piel, significa que es posible tener infecciones en la piel y otras complicaciones, incluidas las siguientes:

  1. Reacciones alérgicas. Las tintas de los tatuajes, especialmente las de color rojo, verde, amarillo y azul, pueden causar reacciones alérgicas en la piel, como sarpullido con picazón en la zona del tatuaje. Esto puede suceder incluso años después de haberse hecho el tatuaje.
  2. Infecciones en la piel. Una infección en la piel es posible después de hacerse un tatuaje, y puede ser muy leve hasta ser severamente grave.
  3. Otros problemas de la piel. A veces, se puede formar una zona de inflamación, llamada granuloma, alrededor de la tinta del tatuaje. Los tatuajes también pueden provocar queloides, áreas elevadas causadas por un crecimiento excesivo del tejido cicatrizal.
  4. Enfermedades transmitidas por la sangre. Si el equipo que se utiliza para crear el tatuaje está contaminado o con deficiente limpieza, teniendo residuos con sangre infectada, puedes contraer varias enfermedades de transmisión sanguínea, incluidas las infecciones por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, la hepatitis B y la hepatitis C., sida y más.
  5. Complicaciones en las resonancias magnéticas. En algunas ocasiones, los tatuajes o el maquillaje permanente podrían provocar hinchazón o ardor en las zonas afectadas durante las resonancias magnéticas. En algunos casos, los pigmentos del tatuaje pueden interferir en la calidad de la imagen, e impedir un diagnóstico certero en un exámen.
  6. Podrían necesitarse medicamentos u otros tratamientos si tienes una reacción alérgica a la tinta del tatuaje o si contraes una infección u otros problemas en la piel cerca del tatuaje.

Debemos reconocer que la mayoría no sufre nada negativo en su piel de forma preocupante o exagerada, pero sí interfieren con la voluntad propia, la santidad del cuerpo como templo del Espíritu Santo.

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