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Elegidos en Cristo

7.¿Cuál relación Teológica tiene Efesios 1:4-5; Romanos 5:10 y Hechos 28:28?

El mensaje de Pablo en Efesios 1:4-5 no va dirigido a impíos, sino a salvos. Desde el primer verso su mensaje son los salvos. En este caso en específico, el mensaje de Pablo no afecta en nada a los perdidos. La elección de Dios en Efesios no corresponde a la salvación, a pesar de que siempre se ha entendido de esta manera; el mensaje se relaciona con el plan de Dios para los salvos. El pasaje nunca dice que “fuimos elegidos para salvación”, sino que fuimos “elegidos para ser santos y sin mancha”. Sabemos que se refiere a personas salvas por la frase “en Cristo”, empleada por Pablo solo con referencia a los salvados. Ningún impío ha sido elegido para “ser santo y sin mancha”, porque no está en Cristo. Según Romanos 8:1, los que están en Cristo “no tienen condenación”, por lo que los que no están en Cristo, “están condenados” (Juan 3:18). La elección de Efesios 1 no puede ocurrir en personas que no son salvas. La elección de Efesios corresponde a una obra de Dios que se realiza inmediatamente una persona cree; pasa de ser “perdido” a ser “elegido”.

Ahora bien, el término “predestinado” no corresponde a elegido, aunque están relacionados. Ser “elegido” es haber sido seleccionado de entre un grupo a causa de una decisión tomada por el elector. Dios decidió que la salvación es solamente por Cristo, y por ello, todo aquel que cree en Cristo es elegido de Dios. Dios no elige sin que haya un medio o causa para ello; la causa o el medio es Cristo. Pero ser “predestinado” es ser limitado en sus acciones. La predestinación tiene como objetivo “la adopción”, y ningún adoptado puede evitar ser adoptado. La adopción es la cualidad de hijo, pues, al ser salvados, no solamente somos elegidos para ser santos, sino que somos “predestinados” para ser hijos. El destino de todo adoptado que Cree en Cristo es ser hijo de Dios.

Tanto la elección como la predestinación ocurren en Cristo “antes de la fundación del mundo”, una frase que ha confundido a muchos. Pero la lectura cuidadosa nos hace comprender que la elección y predestinación ocurren solo “en Cristo”. Nadie puede ser salvado sin Cristo. Pero como en el pasado no existíamos, solo estábamos en los planes de Dios, Dios no nos elige como individuos, sino que nos elige en Cristo, esto significa que quien recibe la elección es Cristo, Él es el Elegido de Dios, por lo que todo aquel que cree en Cristo, pasa a ser un elegido de Dios. Esto lo comprendemos mejor cuando vemos que somos “hijos” de Dios porque Cristo es Hijo de Dios; Cristo es el Hijo natural de Dios, nosotros somos hijos por adopción. Del mismo modo, Cristo es el Elegido de Dios, y nosotros somos elegidos por relación en la fe que hemos puesto en Él. Si la elección salvara, “por demás murió Cristo”.

En el caso de Romanos 5:10, tenemos dos grupos de personas, siendo un tema diferente al de Efesios. En Efesios el grupo de personas somos nosotros, pero en Romanos tenemos dos tipos de personas. Los enemigos de Dios están “reconciliados” con Dios. La palabra “reconciliar” en griego significa: “solucionar un conflicto de ambas partes”. La reconciliación es un acto entre dos personas disgustadas: Somos enemigos porque hemos pecado, y así, Dios es nuestro enemigo porque Él es santo. ¿Cuándo somos enemigos? Antes de ser salvos (Col. 1:21). La reconciliación de Romanos 5:10 se refiere a la relación especial de Dios con los pecadores de la era de gracia; todos los pecadores han sido “reconciliados” por “la muerte de su Hijo”. La reconciliación de parte de Dios está resuelta en la cruz; solo falta que el pecador la acepte y se arrepienta de sus pecados para ser salvo. En 2ª Corintios 19-20 se explica esta reconciliación: Dios reconcilia al mundo por medio de Cristo, pero se llama a cada persona a que se reconcilie con Dios. Por eso esta era no tiene la ira de Dios expresada hasta que Cristo venga, porque la reconciliación está hecha para todos los hombres; solamente se requiere que ellos mismos se arrepientan para reconciliarse.

Cuando somos salvos, según Romanos 5:10, “estamos reconciliados” y la salvación se vuelve segura. Somos salvos por la vida de Cristo, por su muerte en la cruz. Esa salvación es tan segura que usa la frase “mucho más”, para referirse a que, siendo pecadores la salvación está ya ofrecida y completa, y solo hay que arrepentirse y creer; y cuando creemos, es absolutamente segura la vida del creyente en Cristo para siempre.

Por último, Hechos 28:28 tiene un verbo absoluto: “ellos oirán”. El contexto no es de elección, predestinación o reconciliación; el contexto de Hechos es de “rechazo”. Israel rechazó al Señor Jesús (Hch. 28:25-29), pero los gentiles “oirán”. No se refiere a “individuos”, sino al grupo de gentiles; el término va dirigido a la etnia gentil. Y ciertamente que fue tal como explicó Pablo: ¡Hemos oído y creído al maravillosos Evangelio! Los gentiles escucharon el Evangelio, y es donde el Evangelio está; entre los judíos son muy pocos los salvados.

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