< Todos los temas
Imprimir

¿Nacimiento en agua?

¿Habla Juan 3:5 del bautismo en agua?

El texto de Juan 3:5 indica la necesidad de “nacer” del “agua y del Espíritu”, y de forma inmediata parece hablar del bautismo. Pero un estudio detallado nos revelará que Jesús aquí no habla del bautismo en agua.

Lo primero que sobresale, es que en la conversación entre Jesús y Nicodemo, no se menciona nunca el bautismo, ni tampoco se sugiere. El tema es precisamente la Palabra de Dios, representada únicamente por el AT en aquel entonces. Esto lo sabemos porque en los versículos 10 y 11 se alude la necesidad de conocer la Ley de Dios para entender el mensaje que Jesucristo está diciendo de nacer de nuevo. Esto, evidentemente, excluye el bautismo, porque en el AT no está contemplado el bautismo cristiano.

Lo segundo que podemos ver, es que se afirma que “agua y espíritu” son medios de “nacer otra vez”, lo cual, obviamente, no puede hacer el bautismo en agua. El bautismo en agua es el resultado del arrepentimiento y de nacer de nuevo, pero no puede producir nueva vida en Cristo. La Biblia es muy clara que la vida nueva solamente es posible por creer en Jesucristo como Salvador, y que Él le imparta nueva vida. En la predicación de Juan el Bautista, se afirma que el bautismo es “para remisión” de pecados”, no como elemento que perdona, sino como elemento que confirma aquel perdón espiritual. Esto es comprensible cuando se entiende el mensaje del agua en el AT, como veremos en la siguiente afirmación.

Lo tercero que notamos, es que Jesucristo está hablando de una parte del AT, ya que Él afirma que Nicodemo “debía saberlo” por ser “maestro de Israel”. En Ezequiel 36:25-31, el Señor Jehová afirma que el agua simboliza la purificación y limpieza del alma pecadora, mediante la Palabra escrita que Él había dado. Así, afirma que “pondré dentro de vosotros mi Espíritu” (Ezq. 36:27), en consonancia con la obra del Espíritu Santo mediante la Palabra de Dios. El agua por sí mismo no salva a nadie ni puede purificar de los pecados (Jer. 2:22).

Lo cuarto que podemos notar, es que el uso del término “agua” en el Evangelio de Juan, en relación a la salvación de alguien, hace referencia a la obra del Espíritu Santo dando vida eterna a las personas (Jn. 7:37-39). Nacer del “agua y del Espíritu” es una referencia a la obra interna del Espíritu Santo en la conversión de una persona viva y real.

Ciertamente que el bautismo en agua es una evidencia externa de un salvado, porque no es posible creer que alguien es salvo sin querer bautizarse. El bautismo en agua no salva, pero todos los salvos se bautizan. No existe nada más evidente que el deseo primario de obedecer a Dios en un mandamiento rudimentario. Es necesario bautizarse porque somos salvos, no para salvarnos. La salvación es solamente mediante la fe en Jesucristo.

Jesús aquí habla del nacimiento humano, que rompe la fuente y sale agua. Son dos nacimientos: El nacimiento en agua (natural) y el nacimiento en el Espíritu (regeneración espiritual). Por eso, el nacimiento es simbólico con agua porque evidencia el nacimiento humano.

Tabla de contenidos