Bautizados en 1ª Corintios 2:10
¿Cuál es el significado de “bautizados” en 1ª Corintios 10:2?
Este pasaje de 1ª Corintios menciona que “todos fueron bautizados”. Para entender el texto, tenemos que ver el contexto donde se habla, que corresponde al capítulo 9. En este capítulo el tema es de ser fieles para no ser descalificados y perder las recompensas (v. 26-27). El capítulo 10 es la continuación precisa de este tema, ya que empieza con la conjunción “porque”. Entonces, Pablo une el concepto del “bautismo” efectivo en Cristo que mencionó en el capítulo 1:15-17), con el “bautismo virtual” de Éxodo. Por eso, cuando dice que “todos en Moisés fueron bautizados”, significa que Moisés, el siervo de Dios, representaba la Alianza de la Ley del Antiguo Testamento, un tipo de Jesús, el Hijo de Dios, que representa el Convenio del Evangelio (Juan 1:17; Heb. 3:5-6). El pueblo fue convencido de que Moisés era un siervo de Dios, por el milagro de la nube que los protegía y por haberlos conducido a salvo a través del mar Rojo; y por tanto, se dice que “fueron bautizados en él” (Exo. 14:31).
El término “bautizados” (gr. Baptizo), aquí equivale a “iniciados” o “convencido”, y está usado en relación con el argumento que Pablo estaba dirigiendo a los corintios, de que ellos verdaderamente fueron “bautizados” en agua por la fe, pero también lo fueron virtualmente los israelitas del Antiguo Testamento “en Moisés”. Nosotros somos bautizados en agua para arrepentimiento y “en Cristo”, aquéllos fueron bautizados “en Moisés”, una frase que deja claro que Pablo solo hace una comparación superlativizada de la experiencia de identificación del pueblo judío en el cruce del mar muerto, con la realidad permanente de los creyentes en el cuerpo de Cristo.
Ahora bien, si el bautismo virtual de éstos de nada sirvió para salvarlos de la condena de la codicia, tampoco el bautismo cristiano de los corintios los salvará.
Hay una semejanza o tipología entre los símbolos también: la nube y el mar consistían de agua, y como éstas cubrieron a los israelitas de la vista, y luego los volvieron a la vista (como si fueran sepultados), así también el bautismo cristiano hace esto con los bautizados.
Asimismo, que “la nube” y “el mar” simbolizan el espíritu y el agua respectivamente (Juan 3:5; Hechos. 10:44-47). Esta tipología nos enseña que Cristo es el pilar de nube que nos esconde del calor de la ira de Dios. Cristo, como “la luz del mundo”, es nuestra “columna de fuego” que nos guía en las tinieblas del mundo. Así como la peña herida arrojó agua, así también Cristo, herido una vez por todas, derrama las aguas del Espíritu. Y así como el maná alimentó a Israel, así Cristo, cuando “plugó a Dios herirlo”, vino a ser nuestro alimento espiritual.
Concluimos, pues, que 1ª Corintios 10:2 es una verdad pasada que profetizaba una verdad futura para la iglesia de Cristo, donde el bautismo, aunque importantísimo y valiosísimo, no es nada sin una conversión genuina y una redención en Cristo.