Comienzo de la iglesia
¿Cuándo inició la iglesia de Jesucristo?
En Lucas 6:12-19 encontramos la institución de los Apóstoles. Sabemos que cuando Jesús vino al mundo, tenía dos propósitos: a) dar su vida como un rescate para los pecados del mundo y como el Mesías de Israel, b) y establecer su Reino en la tierra. No obstante, Israel demostró que no quería a Jesús como su Cristo ni como su Rey (Juan 1:11; Mateo 23:37). Esto fue porque Israel se había olvidado del pacto con Dios y había fallado en preservar y predicar el Evangelio verdadero, que se enfocaba en Jesucristo (Lucas 11:52; Mateo 23:13). Debido a la pérdida de la Verdad, los líderes espirituales de Israel fueron usados por el diablo para guiar a las personas al infierno (Mateo 23:15) por medio de las tradiciones. Los líderes espirituales, fariseos, escribas y sacerdotes, buscaron sus propias ambiciones y beneficios (Mat.23:2-7), en perjuicio de la Verdad y de la salvación de los israelitas. Estos líderes mataron a los siervos verdaderos que Dios les había enviado (Mateo 23:34-36). Las mentiras fariseas de que no habían profetas en un período de 400 años, se comenzaron a ver. Dios nunca dejó a su pueblo sin quien les predicara la verdad de las Escrituras. Por esto, Jesús decidió dejar a Israel a un lado, y seguir con Su iglesia (Mateo 16:18).
Recordemos que Israel es la Asamblea de Dios en la tierra, pero la iglesia es la Asamblea de Dios peregrina, su morada está en el cielo. Jesús inició y formó su iglesia a partir de los judíos que creyeron en Él. La primera iglesia fue totalmente judía, pero el propósito era que no se quedara yuxtapuesta al sentido judío, sino que alcanzara a los gentiles con el Evangelio.
Ahora bien, podemos ver que en Mateo 21:13, Jesús llamó el Templo, “mi casa”, pues, consideraba aún el lugar como su Templo. No obstante, después del capítulo 23 de Mateo Jesús comienza a enfocar su vista completamente en su iglesia, cambiando el énfasis de Su morada en la tierra.
La Iglesia estaba “en embrión”, constituida solamente por los discípulos y los doce Apóstoles de Jesús. Cuando Israel rechazó abiertamente a Cristo como su Rey (Mateo 23:37), Jesús pronunció 8 “ayes” sobre Israel, en Mateo capítulo 23. Al finalizar este capítulo, Jesús dijo: “He aquí vuestra casa os es dejada desierta”. Jesús, ya no dijo, “mi casa”, como sí hizo en Mateo capítulo 21; Él dijo “vuestra casa”, en Mateo capítulo 23. El Señor Jesucristo ha separado la Iglesia de Israel para siempre. La iglesia es la nueva casa que portará el Evangelio al mundo; y no un Evangelio que anunciaba la venida del Mesías, sino un Evangelio que anunciaba al Mesías Redentor. En palabras generales, podemos decir que cuando Jesucristo vino a este mundo, vino con el fin de trasladar la misión de evangelismo de Israel y dársela a la Iglesia. Pero Jesús extiende ese evangelismo con connotaciones de arrepentimiento, fe y bautismo. A esto le llamamos “La Gran Comisión”. Es un evangelio de formación, de enseñanza y de compromiso real.
1El Comienzo de La Iglesia
Hay dos interpretaciones acerca de cuándo se comenzó la Iglesia dentro de los bautistas y fundamentales. No hablamos de los reformados que son católicos en su teología de la iglesia.
La Primera Interpretación dice que la iglesia comenzó en el día de Pentecostés. Ellos dicen que la iglesia “verdadera” está compuesta por todos los creyentes regenerados del día de Pentecostés hasta la primera resurrección. Además, ellos dicen que los creyentes llegan a ser miembros de esta iglesia cuando ellos reciben el Bautismo por el Espíritu Santo que es un bautismo espiritual e invisible. Ellos creen que “la Edad de la Iglesia” comenzó en el día de Pentecostés, y que 1ª Corintios 12:13 es la prueba de ese bautismo.
Pero esta interpretación tiene muchos problemas que resolver:
- Coloca toda la historia de Jesucristo, es decir, los 4 Evangelios, como parte del Antiguo Testamento. Y queda a criterio personal de pastores o teólogos definir qué aplicar a la iglesia y qué no aplicar a la iglesia. Sabemos por la Biblia que la dispensación de la gracia comenzó con el nacimiento de Jesucritos (Juan 1:17), por lo que el ministerio de Juan el Bautista es parte de la dispensación de gracia, tal como dice Marcos 1:1-4, que el comienzo del Evangelio de Cristo incluye el ministerio de Juan el Bautista. Además, cuando leemos Hechos 1:22, encontramos que un apóstol legítimo de la iglesia es uno que fue bautizado por Juan el Bautista. Al ir a 1ª Corintios 12:28, Pablo confirma que los apóstoles eran los primeros miembros de la iglesia. Además, ningún apóstol o discípulo de Juan el Bautista que comenzó a seguir a Cristo, tuvo que bautizarse de nuevo después de Pentecostés.
- Otro problema que enfrenta esta interpretación, es que hace al Espíritu Santo fundador y edificador de la iglesia, y no a Jesús. Si la iglesia inicia en Pentecostés, con la venida del Espíritu Santo, entonces fue el Espíritu Santo quien inició la iglesia. Y nos pone en conjetura lo que Jesús afirmó en Mateo 16:18: “edificaré mi iglesia”, porque si la iglesia fue iniciada por el Espíritu Santo en el día de Pentecostés, entonces hace nulo las palabras de Jesús, o lo vuelve mentiroso.
- Otro punto importante, es que creer que la iglesia empezó en Pentecostés, hace que Juan el Bautista sea un Profeta del Antiguo Testamento y no un Evangelista del Nuevo Testamento. Pero cuando leemos Lucas 16:16, donde Jesucristo dice: “ La ley y los profetas fueron hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y quienquiera se esfuerza a entrar en él”. La Biblia dice que la ley y los profetas fueron “hasta Juan”; esto significa que cuando Juan inició su ministerio, ya había empezado una nueva edad del Evangelio, la dispensación de la Gracia. El mensaje que Juan predicaba fue el mismo que predicamos hoy: Arrepentimiento del Pecado y Fe en Jesucristo. Su bautismo fue el bautismo que recibió Jesucristo y que los doce apóstoles recibieron; y es el mismo que practicamos hoy. Los apóstoles ya eran miembros de la primera iglesia y no fueron bautizados de nuevo cuando vino Pentecostés.
- También podemos ver otros problemas con esta interpretación:
- La Cena del Señor es instituida antes de la Cruz, por lo que haría de la Cena un acto que no corresponde a la iglesia. Esta práctica sería ajena a la iglesia porque habría sucedido cuando no existía. Pero Pablo dice que la Cena fue instituida para la iglesia “la noche que Jesús fue entregado” (1ª Corintios 11:23). Esta enseñanza no la recibió Pablo de un Apóstol, sino “del Señor”. Jesús le indicó a Pablo que la Cena corresponde a la iglesia porque Él la instituyó para la iglesia.
- El bautismo sería erróneo, ya que empezó con Juan, que no sería de la Gracia al pertenecer a la Ley. Esto no solo haría que fuera contra la dispensación de Gracia, sino contra la dispensación de la Ley, ya que el bautismo ni se enseña ni se practica en el Antiguo Testamento. Juan serían un elemento ajeno a toda la revelación. Pero Jesús le llamó “Bautismo del cielo” (Lucas 20:4), y lo diferencio del “bautismo de los hombres”.
La segunda interpretación, sujeta a una literalidad y gramática del texto, enseña que la iglesia empezó durante el Ministerio de Jesucristo. Es decir, la iglesia no inició con Juan, fue Jesucristo quien la instituyó y la fundó, tal como vemos en las Escrituras:
- Juan el Bautista vino para preparar un pueblo para Cristo, tal como indica Isaías 40:3 y Mateo 3:1-3. Juan el Bautista ganó muchas almas para Cristo y los bautizó con la autoridad que recibió del Cielo. Juan tuvo muchos discípulos que se unieron posteriormente a Jesucristo.
- Jesucristo llamó a los discípulos de Juan, de forma muy directa, porque ellos ya habían nacido de nuevo. A estos que llamó los puso en la primera iglesia en Jerusalén, Su iglesia (Lucas 6:12-16). Observe que los Doce son elegidos de entre varios discípulos. Jesús no tenía un grupo de doce, eran más personas. El propósito de eligir los Doce lo encontramos en Marcos 3:13-15. La Biblia dice aquí que Jesús les llamó a ellos, “para que estuviesen con Él, y para enviarlos a predicar”. Por tres años Jesús entrenó a ellos para el ministerio que realizaron después que Jesús ascendió al Cielo. Podemos encontrar este ministerio en el libro de Hechos. Este suceso da lugar dentro de la iglesia instituida.
- Los Apóstoles fueron puestos en la iglesia por Cristo antes del día de Pentecostés (1ª Corintios 12:28; Marcos 3:14; Efesios 2:20; 4:11). Esto es una verdad irrefutable. Los evangelios y Pablo confirman que los Apóstoles estuvieron en la iglesia antes de Pentecostés.
- Cuando se celebró la primera Cena del Señor, se dice que Jesús cantó en la iglesia antes del día de Pentecostés (cf. Salmos 22:22; Mateo 26:30; Hebreos 2:12).
- Los Apóstoles reciben y aprenden las doctrina de la iglesia antes del día de Pentecostés (Mateo 16:18-19; 18:15-20). Jesús mismo les manda para que “enseñen todas las cosas que os he enseñado” a todos los creyentes que se unirían a la iglesia mediante el bautismo.
- La Gran Comisión fue dada a la iglesia antes del día de Pentecostés (Mateo 28:18-20; Marcos 16:15; Lucas 24:46-49; Juan 20:20-23; Hechos 1:8). Si la Gran Comisión fue dada antes de nacer la iglesia, no sería un mandamiento para la iglesia.
- La iglesia de Jesucristo tuvo un programa de misiones antes del día de Pentecostés (Mateo 10:1-42 ; Lucas 10:1-17). Así comenzaron las misiones o los enviados con el Evangelio, por orden directa de Jesucristo.
- La iglesia tuvo un culto de ordenación antes del día de Pentecostés (Marcos 3:14; Juan 15:16). La autoridad celestial establecía los apóstoles como la autoridad para bautizar y ordenar más discípulos al ministerio.
- La iglesia tuvo la autoridad para ejercer disciplina antes del día de Pentecostés (Mateo 18:15-18). En este pasaje no se habla de una iglesia futura, se da por sentado que la iglesia ya está fundada.
- La iglesia tuvo la ordenanza del Bautismo antes del día de Pentecostés (Juan 4:1-2; Mateo 28:19). El bautismo por inmersión a quienes creen es el único bautismo auténtico en las Escrituras.
- Jesús instituyó la ordenanza de la Cena del Señor antes del día de Pentecostés (Mateo 26:26-29).
- La iglesia tuvo a Jesús como Cabeza antes del día de Pentecostés, (Mateo 23:8; Juan 10:11, 14).
- La iglesia tuvo un tesorero antes del día de Pentecostés (Juan 13:29). El hecho que fuera ladrón e impío no quita la verdad de que la iglesia estaba ya organizada.
- La iglesia tuvo su primera reunión ministerial o de negocios antes del día de Pentecostés (Hechos 1:15-26).
- La iglesia tuvo una membresía antes del día de Pentecostés (Hechos 1:15). Los 3,000 creyentes en el día de Pentecostés se añadieron a la iglesia que ya estaba en existencia (Hechos 2:41,47), no iniciaron la iglesia.
2El Pacto que Jesús hizo con la Iglesia
Cuando Jesucristo rechaza a Israel definitivamente en Mateo 23, ocurrió un la última semana de la vida de Jesús. Jesús entonces dijo que esa era “vuestra hora, y la potestad de las tinieblas”. Jesús dedicó todo el tiempo en esta última semana para enseñar a sus discípulos sobre el Nuevo Pacto que Él iba a hacer con su iglesia. Encontramos estas enseñanzas en el Evangelio de Juan capítulos 13 a 17. Este pacto con la iglesia fue un pacto de testigo y adoración, y no un pacto para salvación. Se da por sentado que todos los que estaban en este Pacto ya eran salvos:
- La Iglesia entra al Pacto con Cristo por medio de la Cena (Mateo 26:26-29). La Cena del Señor no fue solamente un memorial de la muerte de Jesucristo, sino también el tiempo cuando la iglesia entró en un pacto con Dios. Cuando Jesús dijo: “Esto es mi sangre del nuevo pacto que por vosotros es derramada”, los discípulos entendieron lo que estaban haciendo; ellos sabían que la muerte de Cristo no solo proveía al mundo el perdón de pecados y la salvación, sino que en ese momento la iglesia llegó a ser una institución en un pacto con Dios. Entendieron que Jesús compró Su iglesia con su sangre preciosa (Efesios 5:25, Hechos 20:28). Jesús no podría haber comprado algo que no existía; tenía que existir para comprarla.
- La iglesia adquiere consecuencias acerca del pacto si es desobediente (Apocalipsis 2:1, 4-5).
3Miembros de la iglesia
Cuando un creyente se hace miembro de una iglesia local, no solamente entra en un pacto con los otros miembros de la iglesia, sino que también, está entrando en un pacto con Dios mismo por medio de Jesucristo. Este pacto se evidencia mediante el bautismo. A diferencia de la falsa doctrina de que cada creyente es “bautizado con el Espíritu Santo dentro del cuerpo místico de Jesucristo”, la única manera de ser miembro de la iglesia es pertenecer correctamente a una iglesia local. Por eso, la iglesia debe ser el enfoque central de nuestras vidas. Cada vez más la gente se aleja del concepto de la iglesia. La plantación de iglesias verdaderas no es un medio, es la única forma de ser parte de la iglesia de Jesucristo. No hay una iglesia invisible ni universal; cada iglesia local es la única representante del Cuerpo de Cristo, y solamente en una iglesia local está el Cuerpo de Cristo.
Por eso, necesitamos organizar nuestras vidas para ser fieles a la casa de Dios en cada culto. La mentalidad de hoy es asistir a la iglesia cuando sea conveniente, y se entiende como iglesia un edificio. ¿Pero puede imaginarse a los israelitas descuidando el Tabernáculo en el desierto cuando Dios estaba en el Tabernáculo? Eso fue causa de que fueran desechados. El Señor quiere que nuestras vidas sean apartadas para Él y lo que es importante para Él. Pero mucha gente descuidan la iglesia porque quieren hacer lo que es importante para ellas, o creen que el edificio es la iglesia.
El edificio tiene un nombre muy claro que es usado en la Biblia muchas veces. En relación a Israel, se consideraba pueblo de Dios a los individuos que eran parte de Israel, no al Templo. El edificio se llamaba “Templo”, el recinto donde se reunía el pueblo de Dios para adorar. Nosotros no tenemos iglesias edificadas con cemento, tenemos Templos donde se reúne la iglesia de Cristo. No es correcto, llamar “iglesia bautista” al Templo, o llamar “iglesia vida eterna” al Templo. Lo correcto es llamar al edificio “Templo Bautista” o “Templo Vida Eterna”. La iglesia es cada individuo redimido y salvado que es parte del cuerpo de Cristo.
Para ser miembro de la iglesia de Jesucristo, es necesario bautizarse correctamente. Tres elementos son indispensables en relación al bautismo:
- El candidato correcto. Arrepentido de pecados, salvador por gracia.
- La autoridad correcta. Una iglesia establecida bíblicamente.
- El bautismo correcto. Por inmersión, donde el bautizando se sumerge completamente en el agua.
Los tres elementos son indispensables y ninguno puede ser omitido. Si se omite uno de estos elementos, el bautismo es extraño.
4La Presencia de Dios en la Iglesia
En Mateo 28:18-20, el Señor Jesucristo dio la Gran Comisión a Su iglesia. La Iglesia en ese momento tenía la autoridad para ir a todo el mundo y predicar el Evangelio. Pero los discípulos no tuvieron el poder de predicar como una institución. Su poder no era de ellos, era del Espíritu Santo que Jesús les había prometido. Jesús Bautizó la Iglesia con El Espíritu Santo en Pentecostés.
Recordemos que Jesucristo instruyó a sus discípulos que esperasen en Jerusalén, después de su ascensión, diez días para recibir el Bautismo con el Espíritu Santo, para ayudarles cumplir la Gran Comisión y así estar Él para siempre con su iglesia. Este bautismo con el Espíritu Santo se llevó a cabo en Hechos 2:1-4.
Este bautismo requiere de una consideración importante para comprenderlo bien:
- Este acto espiritual es similar con lo que pasó en el Tabernáculo de Reunión (Éx.40:33-38), en el Templo de Salomón (1º R. 8:1-11), y que sucederá en el Templo del Milenio (Ez.43:1-5). Es similar porque esto nos muestra que en cada caso en que Dios constituyó una nueva institución divina, Él la llenó con la presencia y poder de su Espíritu Santo. La diferencia, es que en estos casos fueron lugares u objetos, mientras que en Pentecostés, por primera y única vez, sucede con seres humanos redimidos.
- Ahora bien, solamente hay 6 pasajes en toda la Biblia que mencionan el Bautismo con el Espíritu Santo (Mateo 3:11; Marcos 1:8; Lucas 3:16; Juan 1:33; Hechos 1:5; 11:16).
- Estos versículos nos enseñan que Jesús es el único que bautiza, y no el Espíritu Santo. La Biblia nunca dice que el Espíritu Santo es el que bautiza. Jesús bautizó a la iglesia con el Espíritu Santo. Igual que el bautismo en agua, quien bautiza es el pastor o el hermano autorizado por la iglesia, pero el agua no bautiza a nadie.
- Todos estos versículos hacen referencia a un solo caso específico. Los primeros cincos textos hacen referencia al evento como aún sin cumplirse, como una promesa. Solo en Hechos 11:16 se habla del mismo caso como ya cumplido, y se habla en pasado. Esto mismo pasó con los samaritanos en Hechos 8:14-17, y con los gentiles en Hechos 10:44-47, con el propósito de mostrar a los Judíos que los gentiles también eran iglesias de Jesucristo. Por ejemplo, en Hechos 10, Dios dio a Pedro un sueño para mostrarle que es correcto ir y predicar a los gentiles. Pero de la manera que el lienzo no pretende decir que podemos comer literalmente de todo, sino que demuestra que todos los hombres, sin importar su condición espiritual, son necesitados de escuchar el Evangelio, de la misma manera, el Bautismo del Espíritu Santo indica que desde entonces las iglesias tienen el don del Espíritu Santo.
- Todos los que recibieron el Bautismo con el Espíritu ya eran regenerados antes de recibirlo. El Bautismo con el Espíritu Santo no es igual con la salvación. No es la salvación. Tampoco es un acto que se repite. Sucedió en Pentecostés y, al igual que el bautismo verdadero no se repite, el del Espíritu Santo tampoco.
- El Bautismo con el Espíritu Santo no es sinónimo con el don del Espíritu Santo que Dios prometió (Juan 14:26 ; Hechos 11:17). El Bautismo con el Espíritu Santo sucede en Pentecostés en la iglesia; el don del Espíritu sucede en los individuos que creen en Él.
- El Espíritu Santo llegó a ser la morada de Dios en la tierra, y por tanto, es el otro Consolador que está como Vicario de de Jesucristo hasta que Él regrese. Esto no podía pasar hasta que el Hijo fuese glorificado (Juan 7:39; 16:7).
El Bautismo con el Espíritu Santo en Pentecostés dio tres resultados específicos:
- Vino para autorizar y confirmar el ministerio de la iglesia como una nueva institución divina. Él testificó de la autoridad de la iglesia por las señales y los milagros, que eran temporales (Marcos16:16; 1ª Corintios 13:8-10; 1ª Corintios 14:22; Hebreos 1:1-3; 2:1-4).
- Él vino para dar poder a los creyentes para ser testigos eficaces de Jesucristo (Hechos 1:8). No somos testigos del Espíritu Santo, ni somos testigos del Padre, sino de Jesucristo. Esto porque toda la autoridad le ha sido dada a Jesucristo.
- Él vino para morar en los creyentes para formar un nuevo y único pueblo, ya que antes de Pentecostés no moraba permanentemente en los creyentes (Juan 14:16-17).
Podemos decir, con autoridad bíblica, que Jesús comenzó la iglesia cuando Él estaba en la tierra. En el día de Pentecostés Jesús bautizó la iglesia con el Espíritu Santo una vez y para siempre, autorizando con ello que toda iglesia que proceda de esa primera iglesia, sea autorizada por el mismo Señor. Es decir, en ese día Dios autorizó a la iglesia como una nueva institución en la tierra que puede reproducirse sin la necesidad de repetir el Pentecostés nunca más.
Como hijos de Dios por la fe en Jesucristo, tenemos la tarea de hacer discípulos a cada nación. Es una obra inmensa, pero solo somos instrumentos en las manos de quien realmente hace toda la obra, el Espíritu Santo. Es un privilegio ser un miembro de una de las iglesias del Señor en esta tierra y de hacerlo de la manera que Dios manda. El privilegio trae consigo la responsabilidad de ser un miembro fiel, obediente, discípulo de Cristo, fiel al Señor.