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Aplausos en la iglesia

¿Por qué no aplaudimos en la iglesia?

El aplauso rítmico nunca se enseña en la Biblia. Ni en al AT ni en el NT se muestra que aplaudir haya sido parte del culto del Señor. El hecho que los judíos hagan algo, no significa que Dios lo apruebe, como enseñan los judaizantes modernos.

Los aplausos judíos son una herencia egipcia, y los egipcios practicaban los aplausos como parte del culto pagano. En el AT nunca se mencionan los aplausos como parte del culto de Jehová. La interpretación descuidada de algunas personas sobre los Salmos, solamente demuestra la poca seriedad con que se ha tomado la Escritura por parte del mundo evangélico. Siempre que la poesía hebrea habla de “aplausos”, habla de símiles, comparaciones o parábolas, o expresiones de júbilo después de una guerra donde ha habido muerte. Nunca se mencionan en el Templo de Jerusalén o en el momento de los sacrificios a Jehová, donde el acto principal era el “silencio” solemne (Deut. 27:9).

Como ejemplo de una interpretación adecuada de un Salmo, es el conocido Salmo 30:11, que dice: “Has cambiado mi lamento en baile, desataste mi cilicio”. La figura poética no significa que toda alegría debe expresarse en baile; es una figura contrastada entre la tristeza de la muerte de un ser querido y la alegría que el Señor da. En el contexto del Salmo, no hay muerte de familiares, sino que se usa esa expresión para poder describir la profundidad del lamento y la altura de la alegría. Sabemos que toda persona que ha perdido un ser querido llora profundamente, en medio de una desolación inalcanzable; pero si la persona recibe nuevamente con vida al muerto, ¿no saltará y girará (danzará) con gran alegría por eso? La palabra danza significa “girar en círculos”, no al baile coreografiado, sino a la expresión sencilla del niño cuando está feliz.

Es importante que analicemos brevemente el asunto del aplauso en la Biblia, y veamos sí realmente es o debe ser parte del culto verdaderamente cristiano.

  1. El aplauso no es malo, pero no es parte de ningún culto. Aunque el acto mismo de aplaudir es una expresión inocente de alegría, ser incluida en una adoración podría producir un culto extraño al Señor, porque pierde su sentido de espontaneidad y sencillez, para volverse rítmico. Además, el hecho de que algo no sea en sí mismo malo, no significa que hay libertad de hacerlo (1ª Cor. 10:23).
  2. Los aplausos son permitidos en el AT solamente en actos familiares o reuniones nacionales de regocijo por las obras de Dios, pero no tiene nada que ver con el culto a Jehová.
  3. El Nuevo Testamento, que nos dirige, no permite que aplaudamos. No hay un solo pasaje que diga que las iglesias del primer siglo aplaudían o bailaban.

La enseñanza de la Biblia, en 1ª Corintios 14, sobre el culto es de orden y decencia (v. 40). No hay orden en gritos y saltos al mejor estilo de Azuza. Aplaudir en una iglesia y levantar manos, evidencia el desconocimiento teológico de la adoración cristiana. La adoración de la iglesia es decente, donde las oraciones son dirigidas por una persona y las demás asienten con un “amén”. En Hechos 4:24, donde “alzaron unánimes la voz”, y luego ver lo que dijeron, evidencia solo una de dos cosas: 1) O escribieron la oración para poder todos recitarla, 2) o una persona oró en voz alta y las demás la siguieron aprobando lo que decía. Obviamente que la figura apela a una persona orando en voz alta y no todos en desorden orando sin propósito; todos seguían esa oración y la aprobaron en unanimidad.

Los aplausos no aparecen en ninguna parte como elemento de adoración, ni en el AT ni en el NT. Usar los Salmos, que son poéticos, para indicar y formar una falsa enseñanza de aplausos en la iglesia, es realmente preocupante para los bautistas. Se espera que la ignorancia de las iglesias neoevangélicas los motiven, pero no se espera que una iglesia bautista, un pastor o un teólogo busque excusas baratas para cantar y aplaudir en sus cultos. El culto cristiano no requiere aplausos. La historia misma confirma que la costumbre de aplaudir en las iglesias ha sucedido solo de dos formas: por unificar las costumbres de cultos paganos africanos, como el caso de la Calle Azuza, o por ignorancia, poniendo en práctica un culto carismático como si fuera un culto cristiano.

La Biblia menciona que Jesús cantó “himnos”, y la historia menciona que las iglesias del primer siglo no aplaudían ni bailaban, eso lo hacían los paganos. Muchos harán explicaciones diversas para intentar quitar lo evidentemente literal, pero un creyente que ama la Biblia, no le busca la quinta pata al gato.

Recomiendo un estudio profundo de “La Teología de la Música”, para un análisis del culto bautista y su doctrina bíblica.

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