¿Batir manos en el culto?
¿El Salmo 47 nos manda a “batir” las manos?
El Salmo 47 tiene que ver con los “hijos de Coré”, lo cual vemos en el mismo título del Salmo, esa parte al inicio que algunas Biblias ponen en letras superíndice.
El contexto de este Salmo no es la muerte de los padres y adultos rebeldes de la tribu de Coré en su rebelión, cuando la tierra los tragó (Núm. 16:33); la Biblia afirma que sus hijos pequeños no se salvaron por culpa de los adultos (Num. 16:27). No podría haber alabanza en un caso semejante, sino endecha. Pero se alaba a Dios por la victoria, tal vez por la de 2º Crónicas 20; y se declara su dominio sobre todos los pueblos, judíos y gentiles.
El levantar las manos era la expresión de sometimiento ante un rey que hace su voluntad en un pueblo conquistado, y a su vez, es la señal de impotencia ante la destrucción. Obsérvese las siguientes expresiones del salmo:
- Jehová es “terrible” y “Rey grande”.
- Jehová “someterá debajo de nosotros” (Coré fue tragado vivo al Seol).
- Jehová aún así, “eligirá nuestras heredades”, al remanente de Coré (47:4; cf. Núm. 27:1-11).
El Salmo invoca para que se le cante a Dios “con inteligencia”, racionalmente, comprendiendo el mensaje de la Biblia. Este Salmo expresa la Grandeza de Jehová manifestada en el juicio de un pueblo.
Este salmo es un salmo “imprecatorio”, de dolor y tristeza por la muerte. El “batir manos” no es una expresión de gozo con aplausos, sino que es una expresión de reconocimiento usando “palmas” u hojas de palmera en celebración.
Como quien pierde algo, y al hincarse, bate sus manos al cielo en dolor y angustia, ante la impotencia de un poderoso que no puede ser vencido. Es el reconocimiento del poder y el derecho de Jehová en castigar el mal y el pecado.
No se ve aquí ningún culto a Jehová. El llamado a “todo pueblo”, es a compartir el dolor que ellos están pasando por la muerte de sus familiares, y el reconocimiento de que Dios es justo, santo y debe castigar la desobediencia, aunque esto nos duela profundamente por causa del pecado de nuestros familiares. La palabra “pueblo” tiene el sentido primario de “familia” (Gn. 25:8), y en el caso del plural, puede referirse específicamente a las tribus de Israel, aunque proféticamente incluye a más naciones.
Por último, es un Salmo de la dispensación de la Ley, cuando la iglesia no existe aún, y cuando el culto cristiano aún no había sido instituido por Jesucristo. Por tanto, no es válido usar este salmo como una evidencia o una motivación de que el pueblo del Señor en esta era del Espíritu, deba alabar así. Incluso, el salmo no es un mandamiento, simplemente es una expresión poética de alabanza al Señor.