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¿Mata y come?

¿Puede el creyente comer todo lo que quiera?

La Escritura nos enseña que la forma de alimentación cristiana está regulada por la Biblia. Las comidas de animales “inmundos” no hacen que nadie pierda la salvación, pero sí logran que se enfermen las personas. Dios ha determinado que ciertas especies de animales no deben ser consumidas.

Veamos qué dice la Escritura al respecto, porque es ella quien nos determina cómo debemos comer los cristianos.

A)La enseñanza de Pablo

En 1ª Timoteo 4:3, leemos:

“… prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de las viandas que Dios creó, para que con acción de gracias participasen de ellas los fieles, y los que han conocido la verdad”.

En este verso encontramos la palabra “vianda”. La Reina-Valera no utiliza “alimento” en esta frase, porque traduce el término griego “brôma”, que significa “alimentos según la Ley”. El término griego para “alimento” o “comida que da sustento”, es el término griego “trofé”, y el término “bíos”. El término empleado en 1ª Timoteo se refiere precisamente a los alimentos permitidos como limpios en la Ley de Moisés.

Reconocemos que todo lo que el NT anula de la Ley, está anulado. El asunto en este caso, es que esta parte de la Ley se refiere a la salud. Si bien es cierto que un creyente que come cerdo o cualquier otro animal no se pierde, ni pierde la gracia, no significa que no pierda su salud. Nadie en su juicio pensaría que las prohibiciones y advertencias sobre el licor del AT son sin valor para nosotros. Un creyente que se someta al alcoholismo tendrá los mismos efectos que una persona que lo haya hecho de la época del AT. De la misma manera son los alimentos.

Cuando Dios nos libra de la “maldición” de la Ley, no hizo que la biología cambiara para que nos comiéramos a todos los animales. La biología sigue su curso como siempre lo ha hecho.

Por eso es importante que un creyente se evalúe con respecto a lo que consume. Y las comidas exóticas orientales o asiáticas, no son comidas cristianas, son comidas paganas, que irrespetan el orden de las Escrituras. Por tanto, ningún creyente que ame a Dios se adapta a la cultura; sino que enseña y conduce a los nuevos creyentes a adaptarse a las Escrituras.

B)¿Y el caso del manto con animales inmundos presentado a Pedro?

En este pasaje de Hechos 10, no se habla de alimentos. Para comprender bien el tema, es necesario esquematizarlo brevemente:

  1. El tema se relaciona a dos personas: Pedro y Cornelo. Pedro es judíos, y Cornelio es Gentil.
  2. En los v 9-10 sucede la visión del lienzo con muchos animales. Era una copa o basi profundo lleno de animales de todas las especies (v. 11).
  3. La visión es comer lo prohibido. Pedro le dice a Dios que él no comido nada inmundo, y Dios le responde que lo que Él ha limpiado, no se le debe llamar inmundo (v. 14-15). Si lo dejamos allí, pareciera que Dios está dando como limpias todas las comidas de todos los países, pero no es así.
  4. Cuando leemos el verso 28, Pedro da la explicación de la visión. No hablaba Dios de los alimentos, sino de los seres humanos, y en contra de la xenofobía religiosa. Dios a santificado a todos. Pedro mismo afirma que para ellos, como judíos, es abominación comer con un Gentil (v. 28).
  5. Este texto no habla de comida, es la forma en que Dios le enseñó a un judío que los seres humanos son santificados por la presencia del Espíritu, y no por la forma religiosa.

Tomar este pasaje para permitir todas las comidas, es una interpretación inadecuada, y sobretodo, peligrosa.

C)¿Pero Jesús no “limpió todos los alimentos”?

En Marcos 7:14-23 se menciona que Jesús hizo limpias todas las viandas (“alimentos”, RV60). El término griego aquí es “brôma”. En Hechos no se utiliza nunca ningún término de comida, solamente se le dice que “mate y coma”. En este caso, Jesús habla de “brôma”, los alimentos según la Ley. El problema era que los discípulos comieron “sin lavarse las manos”, lo que no es un mandamiento de la Ley, sino una costumbre judía. Jesús dice que los “alimentos permitidos” todos son limpios, y no tiene nada que ver si tienen o no lavadas las manos en la forma ritual. Es obvio que los discípulos se habían lavado las manos, pero no lo habían hecho en la forma del rito fariseo (v. 1-3).

Jesús declara “limpios” todos los “alimentos permitidos”, y no es el concepto de “ingerir lo que haya”. El alimento es aquello que beneficia y fortalece el cuerpo, no aquello que lo enferma y debilita. Jesús nunca comió ningún animal inmundo, porque Él cumplió cabalmente la Ley.

Como conclusión, la Biblia nunca enseña que los cristianos podemos comer sin orden y cuidado. Lo que nos dice es que debemos cuidarnos, porque nuestro cuerpo le pertenece a Dios, y por tanto, debemos cuidarlo en la medida que nos sea posible.

No es conveniente que misioneros coman las comidas de otras etnias, que contradicen o rechazan el cuidado cristiano del cuerpo. O que el cuerpo de Cristo local motive a comidas que no son permitidas como limpias para el consumo humano.

D)Las leyes alimenticias

Las leyes de Levítico 11 son leyes dentro del grupo de la Ley, de la cual Cristo nos libró. Pero los consejos de salud siguen vigentes, porque al descuidar estas recomendaciones, caemos en el riesgo de enfermarnos.

Entre todos los animales inmundos que el cristianismo consume actualmente, tenemos al cerdo. Es bien sabido que muchas personas han adquirido la triquinosis y otros parásitos por la ingesta del cerdo. También, hay virus que se alojan al ser humano y son “incurables”, es decir, no pueden ser sacados del cuerpo humano una vez estos hayan mutado para adaptarse a él.

El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, de Estados Unidos, indica:

En este momento, tres virus principales de la influenza circulan entre los cerdos en EE. UU.: H1N1, H1N2 y H3N2. Estos virus generalmente no infectan a los humanos y son genéticamente diferentes de los virus H1N1 y H3N2v que comúnmente circulan entre las personas. Cuando los virus de la influenza que circulan entre los cerdos son muy diferentes de los virus de la influenza humana causantes de enfermedades, las personas pueden tener una protección inmunitaria escasa o nula contra los virus de la influenza porcina. Además, las vacunas contra la influenza humana no brindarían protección contra los virus presentes en los cerdos1.

En el informe se indica que los cerdos son transmisores de muchos virus de influencia, y no son tratables en el momento de que son adquiridas.

La Ley de Moisés indicaba que, antes de manipular los cuerpos de los sacrificios, el sacerdote debía lavarse con “agua corriente”, es decir, que corra, que no esté almacenada. El lavamiento incluía: manos y pies (Éx. 30:19). Pero antes y después del sacrificio, debían lavarse con agua de forma completa. El vestido usado era quitado inmediatamente después del sacrificio y antes de servir el sacrificio cocinado (Lv. 6:11).

El proceso de higiene de la Ley es vigente en nuestros días, y el aseo es parte esencial del cristiano. Un creyente debe ser limpio con agua, por eso el cristianismo insiste en el baño diario, lavar las comidas, salar los alimentos, purificarlos con limón, mezclar ensaladas solo con vegetales, mantener diferencia entre la carne de res y de pollo (no cocinarlas juntas)… todo son costumbres que se transmitieron desde la costumbre judía a nosotros. La razón es la vigencia de salud de la Ley. Solo en eso, la Ley no ha sido anulada, ni tampoco en el asunto moral, donde debe ser aplicada a todos los malechores (1ª Timoteo 1:8-11).

Una lista de enfermedades que tienen los cerdos, nos deja ver la importancia de evitar el consumo de ellos:

  1. Enfermedades parasitarias más comunes en los cerdos:
    1. Trichostrongilosis o gusanos estomacales del cerdo.
    2. Ascaropsinosis o gusanos estomacales gruesos del cerdo.
    3. Ascariasis del cerdo o infección por ascaris.
    4. Estrongiloidosis del cerdo – verminosis gastrointestinal.
    5. Oesophagostomosis o infección por oesophagostomun.
    6. Trichocefalosis o infestación por trichuris.
    7. Macracantorrinquidosis – acantocefalosis.
    8. Metastrongilosis porcina. bronconeumonía verminosa porcina.
    9. Estefanuros – estrongilosis renal- gusanos del riñón.
    10. Cisticercosis porcina.
    11. Sarna del cerdo.
  2. Enfermedades infecciosas más comunes en los cerdos.
    1. Cólera porcino.
    2. Erisipela porcina.
    3. Neumonía en cerdos.
    4. La rinitis “a” de los cerdos
    5. La rinitis atrófica de los cerdos
    6. La rinitis por cuerpo de inclusión.
    7. La rinitis necrótica.
    8. Neumonía enzoótica porcina.
    9. Pleuroneumonía porcina.
    10. Neumonía por salmonella.
    11. Neumonía vermionosa porcina.
  3. Diarreas infecciosas de mayor importancia en los cerdos.
    1. Enterotoxema de los lechones
    2. Colibacilosis porcina.
    3. Enfermedad de los edemas
    4. Salmonelosis porcina.
    5. Disentería porcina.
    6. Enteritis proliferativa.
    7. Leptospirosis porcina.
    8. Brucelosis porcina.
    9. Mastitis-metritis-agalatia.

Y muchas otras enfermedades que los cerdos tiene y pueden transmitir a los humanos. Justificar que las vacas tienen salmonela, solo demuestra el desconocimiento, porque un animal vacuno sacrificado adecuadamente, y tratado adecuada para su consumo, no causaría ningún problema, si se siguieran las leyes higiénicas de la ley de Dios.

Una de las principales infecciones debidas al consumo de carne de cerdo ha sido ancestralmente la triquinosis, causada por la larva de un gusano intestinal, y que puede llegar a ser mortal.

Si la triquinosis está prácticamente erradicada en el mundo occidental, persiste otro riesgo, no muy elevado pero posible, que es el de contraer la tenia o solitaria, que se considera más peligrosa.

Otra es la hepatitis E, que se calcula que cada año infecta a 20 millones de personas en todo el mundo. Y según un estudio realizado por expertos de la Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea, tomar su carne cruda o poco cocinada es la principal causa de esta infección.

Se calcula que un 69% de productos derivados del cerdo analizados están contaminados por la yersinia. Para eliminarla, la carne tiene que alcanzar en su interior una temperatura de 63 grados para el cerdo de granja, y de 71 grados para el salvaje, que se recomienda medir con un termómetro de cocina, y guisarla unos 20 minutos.

Las infecciones por E. coli, salmonela y listeria son otras de las que se pueden adquirir por la carne, y no sólo de cerdo, poco cocida o cruda2.

Esto nos debe hacer pensar como hijos de Dios la manera en que manejamos nuestro cuerpo acerca de los alimentos.

1https://espanol.cdc.gov/flu/swineflu/people-raise-pigs-flu.htm

2https://www.lavanguardia.com/comer/tendencias/20190429/461931172583/cerdo-poco-hecho-crudo.html

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