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Responsabilidad Infantil

¿A qué Edad los Niños pueden Tomar Decisiones?

“Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno…”. Isaías 7:16.

Este concepto de saber cuando son “capaces de discernir”, es tomado de Isaías 7:16, donde se dice que hay un tiempo en que el niño no sabe el bien ni el mal, pero a su vez, especifica debe haber un tiempo en que comienzan a conocerlo. Según ese pasaje, podemos expresar la enseñanza bíblica de que los niños están seguros en Jesús hasta que alcancen una edad de comprensión y responsabilidad moral. Observe que en Isaías 8:4, se usa la misma frase: “antes que el niño sepa”, y se aplica a la capacidad de distinguir entre el padre y la mamá. Entonces, podemos deducir que el momento en el que los niños empiezan a comprender que hay bien y mal, y que empiezan a decidir deliberadamente sus acciones, es precisamente cuando su razón comienza a comprender cada una de las acciones. La Escritura no dice que cuando los niños reconocen a ambos padres, entonces serán condenados, sino que solo afirma que el uso intelectual y de comprensión es la determinación de que un niño conozca entre el bien y el mal, y esto está afectado por muchos factores externos e internos. Por eso, en el momento que un niño ya distingue claramente el bien del mal, en este momento, el niño puede y necesita ser salvo, y ya puede entender como llegar a serlo. Por eso, siempre hemos creído en la “edad de oro de los niños”, que oscila entre 4 y 10 años, donde pueden creer en Cristo sinceramente, y ser salvados.

Ahora bien, aunque no hay una edad predeterminada para que llegue este estado de ser “responsables” por su pecado, la Biblia indica que tal momento llegará para cada niño, y es independientemente de la edad, sino de la capacidad de comprender el bien del mal. Por eso, Deuteronomio 1:39, nos dice que los niños pequeños son “inocentes” mientras no sepan “lo bueno y lo malo”. Ezequiel 12:2 nos dice que las personas tienen que rendir cuentas por sus hechos cuando tengan “ ojos para ver y no ven… oídos para oír, y no oyen”, en referencia a la ceguera espiritual por haber rechazado la luz de Cristo. Asimismo, Génesis 8:21 dice que “El intento del corazón del hombre es malo desde su juventud”, eximiendo a los niños sin capacidad de comprensión de esa “maldad”, y aplicada claramente a los mayores de 10 años.

La Biblia también habla de que niños pequeños pudieron ser tanto buenos como malos. En 2º Crónicas 36:9 leemos que el rey Joaquín, de ocho años, “hizo lo malo ante los ojos de Jehová”. E igualmente, en Mateo 19:16-20 se dice que el joven rico pudo entender y guardar los diez mandamientos desde su juventud, sin ser salvo. Pero igualmente, se dice que Josías, un rey de solo 8 años, hizo “lo recto delante de Jehová” (1º Reyes 22:1-2).

Estas afirmaciones bíblicas nos enseña que jamás debemos forzar presionar a los niños para que hagan una profesión de fe en Cristo. Debemos orar siempre por su salvación y guiarlos a través de sus sendas espirituales, y prepararlos para llevarlos a Cristo. Pero tampoco debemos descuidar estar hablándoles del Señor y motivándolos a creer en Él, por lo que en 2ª Timoteo 3:15, el Espíritu Santo dice que los niños pequeños pueden aprender las Escrituras, las cuales les pueden guiar, algún día, a la salvación. Y en 1º Samuel 3:1-7, los niños pequeños hasta pueden servir al Señor y serle fieles en el Templo. ¡Este hábito les será de gran utilidad para cuando sean salvos! Es importante inculcarles participar del servicio al Señor en la iglesia.

Según Marcos 10:13-14, Jesús acoge con agrado a los niños pequeños, e incluso enseñó vehementemente sobre la necesidad de tener la fe de un niño (versículo 15).

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