¿Nos mete Dios en tentación?
¿Nos mete Dios en tentación?
“No nos metas en tentación, mas líbranos del mal”. Mat. 6:13
En relación a Mateo 6:13, la frase, “No nos metas en tentación”, ha sido de gran controversia. Y para comprender cuál es la traducción correcta, es necesario considerar algunos puntos clave al respecto.
El problema del contexto. Encontramos que el término “tentación”, en este contexto, pareciera contradecir Santiago 1 de que “Dios no tienta a nadie”. El caso principal es que el contexto de Mateo es totalmente diferente al de Santiago, y no puede ser interpretado de la misma manera, como refiriendo que “tentación”, en ambos casos, signifiquen la misma idea.
La palabra tentación tiene muchos uso en la Escritura, y cada vez que aparece, debe ser interpretada en su contexto inmediato, antes de utilizar los otros tres contextos. El contexto de Santiago son pruebas variadas nacidas de la “concupiscencia”, y en Mateo son “pruebas” relacionadas al perdón.
Ahora bien, como el contexto de Mateo tiene que ver con las “deudas” que debemos soltar, el tema central es el perdón que debemos extender a otros en obediencia al Señor. Cuando Jesús dice: “No nos metas en tentación”, a raíz del contexto de Mateo, es una petición para que Dios no nos lleve a pruebas de perdonar a otros por sus faltas, es decir, está pidiendo que nos ayude que otros no nos coloquen en la prueba del perdón por sus malas acciones hacia nosotros. Los versículos 12-15 son exclusivos del perdonar a otros. Aquí no se refiere a las “tentaciones variadas que nos vienen”, sino a las tentaciones o pruebas que debemos enfrentar con otros hermanos o personas que nos hacen daño.
“No nos metas en tentación”, porque nosotros no tenemos el control de los actos de otros, y solamente Dios puede evitar que otros nos pongan en una situación difícil que requiera perdón.
Recordemos que en Mateo 5 Jesús dice que somos bienaventurados cuando nos persiguen y nos ofenden… por eso, Dios puede permitir que otras personas, nos hagan “daño” o nos hagan sufrir. El sufrimiento por parte de otros individuos es parte de la Divina Providencia, y es Él quien decide si somos dignos de padecer por Jesús; pero en la oración ruega: “no nos metas en tentación, mas líbranos del mal”, ese mal es el acto que nos hacen otros (incluyendo a Satanás). Así que la frase es correcta: “No nos metas en tentación”, porque solamente Él puede permitir o no las acciones de otros en nuestra vida personal.
Traducir: “…y no nos dejes caer en tentación”, podría ser una válida forma, pero no es la correcta con el sagrado texto preservado en griego.